El emisor de señales, llamado Amazonas 5 y diseñado por Hispasat, un operador español de satélites, pretende mejorar las conexiones de internet, redes y telecomunicaciones en América del sur y América central. El satélite, que fue lanzado abordo del cohete Proton Breeze, quedó ubicado en la posición orbital de 61º Oeste y será operado por la filial brasilera Hispamar.
El lanzamiento se realizó el 11 de septiembre de 2017 y fue lanzado desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán. El operador informó que el satélite se encuentra en órbita y está realizando las pruebas necesarias para comprobar su correcto funcionamiento.
“Este satélite ha sido diseñado totalmente para América Latina y adaptado a las demandas de este mercado, tanto para el sector audiovisual como para ofrecer soluciones de conectividad en los segmentos residencial, corporativo y de movilidad”, afirmó Carlos Espinós, consejero delegado de Hispasat.
La compañía asegura que es posible que esta alternativa funcione para más de un millón y medio de personas en los principales países de Latinoamérica, ofreciendo a los operadores de cada región, acceso a internet vía satélite, así como servicios de transporte o backhaul (una red de retorno) para desplegar redes móviles 3G, 4G (LTE) y en el futuro 5G.
La capacidad tecnológica que ofrece, le permitirá ofrecer unos 500 nuevos canales e impulsar la televisión 4K en Centro y Sudamérica. El Amazonas 5 cuenta con una potencia d 9,9 kilovatios, está basado en la plataforma de 1.300 Space Systems Loral (SSL) y se estima que tiene una vida útil de 15 años.
¿Cómo funcionan los satélites?
Los satélites son objetos artificiales que se envían al espacio y orbitan alrededor de la Tierra u otros cuerpos celestes. Están diseñados para cumplir una amplia gama de funciones, como comunicaciones, observación de la Tierra, navegación, investigación científica, meteorología y mucho más.
Los satélites funcionan utilizando una combinación de tecnología y principios físicos. A continuación, te proporcionaré una descripción general de cómo funcionan los satélites:
Diseño y lanzamiento
Los satélites se diseñan y construyen específicamente para su misión prevista. Se consideran factores como el tamaño, la forma, la carga útil (instrumentos o equipos que transporta), la órbita deseada y la duración de la misión. Una vez construidos, los satélites se lanzan al espacio utilizando cohetes.
Órbita
Los satélites se colocan en órbita alrededor de la Tierra. Hay diferentes tipos de órbitas, como la órbita geoestacionaria (donde el satélite permanece sobre una ubicación fija en la superficie de la Tierra), órbitas polares (que cubren todo el globo) y órbitas elípticas (órbitas ovaladas). La elección de la órbita depende de la misión y los objetivos del satélite.
Propulsión y estabilización
Una vez en el espacio, los satélites utilizan sistemas de propulsión para ajustar su órbita y mantenerse estables. Los motores a bordo del satélite se encienden periódicamente para hacer correcciones de curso y contrarrestar los efectos de la gravedad y otras fuerzas que podrían alterar su trayectoria.
Energía
Los satélites necesitan energía para funcionar. La mayoría de los satélites obtienen energía a través de paneles solares que convierten la luz solar en electricidad. Esta electricidad se utiliza para alimentar los sistemas a bordo, cargar las baterías y operar los instrumentos científicos o de comunicación.
Comunicación
Los satélites de comunicación actúan como "repetidores" en el espacio. Reciben señales de transmisores en la Tierra y las retransmiten a otros puntos de la Tierra, lo que permite la comunicación a larga distancia. Los satélites de comunicación utilizan antenas para recibir y transmitir señales.
Carga útil
Los satélites llevan consigo una carga útil, que puede ser una variedad de instrumentos o equipos diseñados para cumplir una función específica. Por ejemplo, un satélite de observación de la Tierra puede llevar cámaras o sensores para capturar imágenes o datos sobre nuestro planeta.
Control y operaciones
Los satélites son controlados y monitoreados desde estaciones terrestres. Los operadores en estas estaciones envían comandos al satélite y reciben datos y telemetría para supervisar su rendimiento y estado. Esto incluye el control de la órbita, la gestión de la energía y el funcionamiento de la carga útil.